La frase "La muerte de un ser querido no se supera, se integra" refleja la idea de que el duelo y la pérdida no se "olvidan" o se dejan atrás de manera completa, sino que se transforman en parte de nuestra vida emocional y psicológica. Con el tiempo, el dolor y la ausencia de esa persona se incorporan en nuestra existencia de una forma diferente, integrándose a la forma en que vivimos y recordamos, pero sin que desaparezca el sentimiento de pérdida.
La idea de que la muerte "se supera" está profundamente arraigada en muchas culturas y sociedades, donde el proceso de duelo se percibe como un camino lineal hacia la aceptación y el olvido. A menudo se nos dice que "hay que seguir adelante", como si el duelo fuera una fase que tiene una fecha de caducidad. Sin embargo, este mandato social omite una verdad fundamental: el duelo no es algo que se resuelva de manera rápida o sencilla. Ignorar o rechazar el dolor solo retrasa el proceso de sanar.
Además, integrar la pérdida no significa olvidar ni resignarse. Significa aprender a vivir con el vacío dejado por esa persona, reconociendo que, aunque la muerte nos separa físicamente, no borra lo que hemos compartido. La memoria y el legado de un ser querido se entrelazan con nuestra propia existencia, y en muchas ocasiones, la pérdida nos enseña a valorar más profundamente lo que tenemos, a vivir con mayor conciencia de la fragilidad de la vida y a fortalecer las relaciones que aún podemos cultivar.
Recordemos que la muerte de un ser querido no es un evento que se pueda superar. Es una experiencia que transforma, que deja una marca profunda y que, con el tiempo, se integra en el tejido de nuestra vida. El duelo es un proceso que no se puede apresurar ni evadir, sino que se vive y se ajusta al paso del tiempo. La integración del duelo, lejos de ser un olvido, es una forma de seguir adelante mientras honramos la memoria y el amor de quienes ya no están físicamente a nuestro lado.
Sonia Rodríguez tiene una certificación como Tanatóloga Clínica y colabora como miembro activa de Tanatólogos de PR.
Maravilloso gracias